Características de Masturbador Palm
El Masturbador Palm de Rocks-Off es ese extra que convierte lo bueno en ufff, qué rico. Flexible, suave y con diseño ergonómico. Este se adapta a tus movimientos como si supiera lo que te gusta… y cómo te gusta.
Sus lazos para los dedos te dan el control total del ritmo y la presión, manteniéndolo en posición natural mientras tú mandas. Ideal para disfrutar a solas o para compartir en juegos que piden una mano amiga (o dos).
Realista, intenso y siempre dispuesto. ¿Quién necesita descanso cuando el placer cabe en la palma de tu mano?
Detalles del producto:
Tamaño del producto |
123 mm x 85 mm x 40 mm |
Peso |
125 g |
Sumergible |
Sí (IPX7) |
Patrones de vibración |
10 velocidades |
Carga |
USB |
Material |
Silicona médica y plástico ABS |
Producto vegano |
Sí |
Contenido de la caja:
- Masturbador Palm
- Manual de instrucciones
- Cargador USB
Información adicional
¿Cómo se usan los masturbadores de pene?
Vamos a hablar claro: los masturbadores de pene no vienen a sustituir nada, vienen a mejorar la jugada. Y como todo lo bueno en esta vida, lo que necesitas es relajarte, tener tiempo y dejarte llevar. Que aquí no hay reglas estrictas, solo placer del bueno.
Si tu masturbador no tiene batería...
¡No pasa nada! Que sea manual no significa básico. Estos modelos, como las clásicas mangas masturbadoras, se usan a mano y permiten que tú lleves el ritmo. Primero, échale un poco de lubricante a base de agua, que el deslizamiento lo es todo. Luego, introduce tu pene (erecto o en proceso, tú mandas) y empieza a moverte suavemente. Tú marcas la intensidad, el ángulo, la velocidad... ¡y el aplauso final también es tuyo!
Algunos tienen texturas internas que simulan sensaciones muy realistas, otros imitan sexo oral, vaginal o anal. Vamos, que puedes cambiar de fantasía sin salir del sofá. Puro arte sin cables.
Si tu masturbador es eléctrico, vibra o da calor...
Aquí la cosa sube de nivel. Estos juguetitos llevan motor, vibración, movimientos envolventes o calor para simular la temperatura corporal. Y lo hacen tan bien, que más de uno ha dicho: "¿Dónde ha estado esto toda mi vida?"
Igual que los manuales: lubricante siempre primero, que sin él no hay cante bueno. Después, enciende el aparato y elige el modo que más te llame la atención. Algunos tienen succión, otros vibran por dentro, otros se mueven como si bailaran bulerías en tu entrepierna. Tú solo sujétalo o colócalo sobre una superficie, y deja que haga el trabajo. Relájate, experimenta... y si hace falta, ¡ponte una copita y una playlist!
¿Y si quiero combinarlo?
¡Ole tú! Puedes usar el masturbador junto a otros juguetes, en pareja, en videollamada o en un momento íntimo contigo mismo. Aquí no hay normas, solo disfrute consciente y con compás.
Ideas de uso en la intimidad
Tu masturbador de pene es como una guitarra flamenca: puedes usarlo con técnica, con ritmo o con pasión desbordada... pero lo importante es que lo sientas. Y si no sabes por dónde empezar, aquí van unas ideas con salero para sacarle todo el partido, tanto si es eléctrico como manual.
A solas, sin prisa y con ganas.
Prepárate una sesión de autocuidado deluxe. Pon música, enciende una vela o simplemente ponte cómodo. Usa lubricante a base de agua y experimenta con distintos ritmos, ángulos y movimientos. Si el juguete vibra o tiene calorcito, juega con los modos hasta encontrar el que te haga decir “¡ole!”. ¿Manual? Tú mandas: explora el control total con tus manos.
Con vídeos, fantasías o un espejo delante.
Sube la temperatura ambientando tu momento. Mira tus propios movimientos en el espejo, ponte ese vídeo que te hace perder el norte o deja que tu imaginación se ponga flamenca. El masturbador es el complemento perfecto para intensificar cualquier fantasía.
En pareja, como parte del juego previo.
¡Sí, sí y mil veces sí! Los masturbadores son perfectos para usar en pareja. Deja que tu compi te lo coloque, te lo active o te lo use mientras os miráis a los ojos. ¿Un truco? Combina el masturbador con caricias, besos o palabras al oído… y verás cómo se convierte en una experiencia que os une (y os desata).
Para alargar el placer o entrenar el control.
¿Quieres aguantar más o mejorar tus sensaciones? Usa el masturbador como una forma de entrenar tu resistencia. Juega con los niveles de estimulación, detente justo antes del final, respira... y vuelve a empezar. Todo con compás, como el buen flamenco.
Después del trabajo, del gym o en una siesta “revitalizante”.
El placer no tiene horario fijo. A veces, un ratito con tu masturbador es lo único que necesitas para soltar el estrés, volver al cuerpo y quedarte más a gusto que un ocho.
Limpieza y mantenimiento
Después del meneíto, toca el mantenimiento, que el placer con arte también lleva su parte de responsabilidad. Un masturbador bien cuidado es un masturbador que te va a seguir dando gloria muchos ratos más.
- Si es un modelo manual (sin motor):
Desmóntalo si tiene partes separables, saca la manga interna (normalmente de TPE o silicona suave) y lávala con agua tibia y jabón neutro. No hace falta frotar con rabia, esto no es la pila de los platos, solo un enjuague suave pero a conciencia. También puedes usar un limpiador específico para juguetes eróticos.
- Si es eléctrico o tiene batería (vibración, calor, succión...):
Asegúrate de no mojar las partes eléctricas. La zona externa se limpia con un paño húmedo y jabón neutro, y si tiene una manga interna extraíble, límpiala igual que la manual. Nada de sumergir el aparato entero, a no ser que el fabricante diga que es sumergible (y aún así, con ojito).
Sécalo bien con un paño limpio, suave y que no suelte pelusa. No lo guardes húmedo ni lo dejes al sol directo, que esto no es un jamón en la ventana.
Guárdalo en un lugar fresco, seco y discreto. Si viene con su fundita, úsala. Si no, un neceser limpio o cajoncito secreto le va de lujo. ¡Y nada de compartir sin limpiar antes, por muy íntima que sea la confianza!
Y un consejillo extra: Si tu masturbador tiene una manga muy blandita, puedes espolvorearla con un poco de maicena cuando esté seca para que mantenga su textura suave como el primer día. Vamos, como darle un mimo extra.