Características de Durex Placer prolongado
Hay momentos que no deberían acabarse tan rápido. Miradas que se sostienen, cuerpos que se buscan, gemidos que piden más. Para esas noches en que el deseo merece durar, Durex Placer Prolongado llega con una promesa clara: más tiempo, más ritmo, más fiesta entre tus sábanas.
Con una dosis justa de benzocaína en su interior, este preservativo retrasa el clímax sin apagar la pasión. Lo que tú sientes sigue ahí, encendido, palpitando, pero se estira como un suspiro que no quiere terminar. Y mientras tanto, tú sigues marcando el compás, llevando el control, prolongando el goce como si el reloj se hubiera enamorado del momento.
Fino, seguro, cómodo y con ese toque extra que convierte una buena sesión en una noche memorable. Porque no se trata de correr, sino de quedarse. Sentir. Y repetir.
Información adicional
¿Cómo se usan los preservativos?
Usar un preservativo no solo es cuidarse, es una forma de quererse, y de seguir disfrutando sin frenos. Lo importante es hacerlo bien, sin prisas, sin nervios y, por supuesto, sin matar el momento.
Cuando llegue la hora del placer, saca el preservativo con cuidado del envoltorio. Evita los dientes o las uñas, que esto no es una pelea de felinos, es un juego de seducción. Asegúrate de que está del lado correcto: el borde enrollado debe quedar por fuera. Si lo pones mal, no intentes darle la vuelta. Mejor usar uno nuevo. Aquí no hay segundas oportunidades.
Antes de colocarlo, aprieta la punta con los dedos para dejar espacio al esperma y evitar que el aire quede dentro, así reduces el riesgo de que se rompa. Luego, con la otra mano, deslízalo hasta la base del pene erecto con calma, pero con seguridad. Si todo está en su sitio, el resto es dejarse llevar.
Cuando termine el juego (y tú también), sujeta el preservativo desde la base al retirarlo, preferiblemente justo después de la eyaculación, antes de perder la erección. Enróllalo con cariño, hazle un nudito y tíralo a la basura. Nada de echarlo al váter, que lo sexy no quita lo responsable.
Y recuerda: los preservativos también pueden formar parte del juego. Incorporarlos con gracia, combinarlos con lubricantes a base de agua o jugar con diferentes texturas y sabores puede ser el inicio de una noche más divertida que nunca.
Cuidarse no es un obstáculo. Es una invitación para hacer de todo… con más ganas.
Cómo desechar un preservativo
El momento fue 🔥, el cuerpo feliz… y ahora toca cerrar el juego con la misma elegancia con la que lo empezaste. Sí, hablamos de tirar el preservativo. Porque cuidar el placer también incluye cuidar el entorno.
Después de usarlo, retira el condón sujetándolo bien por la base para evitar derrames. Hazle un nudito (no romántico, pero sí muy útil), enróllalo y envuélvelo en un papel o en su mismo envoltorio. ¿Y después? A la papelera, siempre. Nunca, nunca al váter. Aunque parezca tentador, tirarlo por el inodoro puede provocar atascos, dañar el sistema de aguas y contaminar ríos y mares. Y no hay nada sexy en eso.
El placer no tiene por qué dejar huella en el planeta. Tirar el preservativo de forma responsable también es parte del juego: un pequeño gesto con mucho impacto. Porque cuando el deseo se vive con conciencia, se disfruta el doble.