Características de Bruma Xperience - Vibro-orgásmico
Nuestros Kits de Bruma están pensados pa' que te eches encima una nube de deseo con sabor a capricho.
🍉 Sandía fresquita
🍓 Fresa golosa
🍬 Chicle del bueno
🍍 Piña con ritmito
🧁 Cupcake recién salido del horno
✨ Lleva lo justo para convertir cualquier noche en un tablao de placer,
con un toque extra de vibración, los geles inlcuídos te harán vibrar por fuera y por dentro. Perfectos pa’ el día a día o pa’ una noche que promete.
🎁 Ideal para regalar (o regalarte).
Porque no hay mejor detalle que uno que empieza con aroma… y termina en terremoto.
Perfúmate con arte, juega con gracia y déjate llevar.
Que aquí el placer viene en pack completo.
Información adicional
¿Cómo se usan los kits?
En Quejío, los kits no son solo un regalo bonito. Son una invitación para jugar, para descubrir, para reírse en la cama y para encender el cuerpo sin prisas. Cada uno viene con lo justo y lo necesario para transformar una noche cualquiera en una experiencia pa’ recordar… o repetir.
Lo primero es crear el ambiente. No hace falta montar una escena de película, pero un poco de luz bajita, una música suave y la intención puesta en el placer ya marcan la diferencia. Ahí empieza el juego.
Si el kit incluye geles o estimulantes, úsalos con calma, prestando atención a las reacciones del cuerpo. Aquí no hay reglas, ni instrucciones cerradas. Lo importante es explorar, reír, probar sin miedo. Hay quien empieza con el plumerito y termina con un quejío de los buenos, y hay quien se queda solo en las risas, todo vale.
Así que ya lo sabes. Si tienes uno de nuestros kits entre manos, úsalo como te dé la gana. Con curiosidad, con gracia, con ese punto de picardía que tanto nos gusta. Y si al final acabas temblando... que sea como un tablao flamenco.
Ideas de uso en la intimidad
Empieza con el ambiente: esto no va de velas de boutique ni de sábanas de hotel. Va de crear una burbujita donde el deseo tenga hueco. Apaga el móvil, pon una luz cálida, una musiquita con compás… y deja que la cosa fluya. Aquí manda el cuerpo, no el reloj.
Tápale los ojos (o déjate tapar tú): la banda del kit no es un detalle bonito, es una invitación a lo desconocido. Cuando cierras los ojos, el resto de sentidos se despiertan como locos. Un soplido se vuelve escalofrío. Un roce se convierte en promesa. Lo que no ves, se siente más. Y eso… eso da mucho juego.
Haz del plumerito o la banda tu mejor aliado: no es solo una caricia, es un recorrido por la piel que enciende zonas dormidas. Pasa por el cuello, los hombros, la espalda, los muslos, sin rumbo fijo. Juega a adivinar dónde va a caer el siguiente toque. Ataros las manos o los pies, despertad el deseo. Esto va de provocar, de crear expectación, de empezar lento y acabar con fuegos artificiales.
Juega con el gel como quien pinta un cuadro: el gel del kit no está ahí para decorar. Es calor, es textura, es piel que resbala. Pon una gota donde tú quieras… y que las manos hagan el resto. Masaje, exploración, un mapa de sensaciones al ritmo del cuerpo.
Y cuando llegue el momento del juguetito… que tiemble el tablao.
Ya estás metida en faena, ya el cuerpo pide más. Ahí entra en escena el juguete, pa’ ponerle el acento a la noche.
No hace falta experiencia. Solo ganas de jugar, de dejarse llevar y de no tener prisa por llegar.
Usadlo entre los dos, pásatelo tú sola, o solo, cambiad de ritmo, de posiciones o de ideas. Aquí todo vale si hay deseo y complicidad.
Limpieza y mantenimiento
Después de una noche de meneíto, placer y arte… toca el cuidado. Que sí, que sabemos que lo último que apetece es ponerse a fregar. Pero si quieres que tu kit te acompañe muchas noches más, hay que mimarlo como se merece.
Aquí te contamos cómo hacerlo sin complicaciones, y con todo el salero del mundo.
Primero, cada cosa a su tiempo: no lo dejes tirado en la mesita como si nada. Guarda los juguetes y accesorios por separado. Si algo se ha mojado o manchado, límpialo en el momento. Cuanto antes, mejor.
Las bandas (o antifaces): normalmente son de tela suave. Lávalas a mano con agua tibia y un poquito de jabón neutro. Nada de lavadoras ni suavizantes, que estropean el tacto. Déjalas secar al aire, sin secadora ni prisas.
Cuando vuelvan a oler a limpio, estarán listas pa’ otra ronda.
Los plumeritos (¡ay, los plumeritos!): aquí hay que tratar con cariño. Sacúdelos con suavidad para quitar el polvo o restos. Si están manchados, puedes pasarles un paño húmedo, pero sin empaparlos. Nada de frotar fuerte, que se despeinan.
Guárdalos en un sitio seco y aireado, y no los aplastes: a estos les gusta ir peinados.
Si el kit lleva algún juguetito… limpieza antes y después de cada uso. Agua templada y jabón neutro sirven si el juguete no es eléctrico. Si tiene motor o funciona con pilas, solo limpia la parte externa con un paño húmedo y sécalo bien.
También puedes usar limpiadores específicos para juguetes eróticos (en Quejío tenemos de los buenos).
Importante: nunca los sumerjas en agua si no son sumergibles. Que aquí jugamos con placer, no con riesgos.
A guardar como si fuera oro: cada accesorio en su bolsita, cajita o rinconcito seco. Nada de dejarlos al sol, ni en sitios húmedos, ni todos apelotonados.
Si cuidas tu kit como cuidas tu lencería bonita… te dura media vida (y te alegra muchas noches).